Nuevos paradigmas para el siglo XXI
Roberto López Sánchez
Dpto. de Ciencias Humanas. Facultad Experimental de Ciencias. Universidad del Zulia. Maracaibo, estado Zulia. Venezuela.
E-mail: cruzcarrillo1@hotmail.com
E-mail: cruzcarrillo1@hotmail.com

Resumen
El trabajo analiza los nuevos paradigmas propuestos en el campo historiográfico, partiendo del Manifiesto de la red global Historia a Debate, y su incidencia en Venezuela y América Latina. Son consideradas las reflexiones teóricas propias sobre la nueva historiografía, las cuales implican una crítica tanto a la historiografía marxista tradicional como a las versiones latinoamericanas de las tendencias positivistas y de los annales. Se exponen nuestras propuestas sobre los temas principales del debate entre los historiadores venezolanos. Se concluye que el Manifiesto es un aporte a la reconstrucción de los paradigmas historiográficos; y que las tareas que debe asumir la historiografía del siglo XXI son: 1) La ruptura con el eurocentrismo y el positivismo; 2) El compromiso con las mayorías populares y con los procesos de cambio hacia una mayor democracia y protagonismo social; 3) El debate público entre los historiadores.
Palabras clave:
Crisis de paradigmas, manifiesto historiográfico, historia comprometida, debate.
En general, la historia científica ha entrado en crisis, poniéndose en duda casi todos sus paradigmas, tales como el de la totalidad histórica, el sentido de progreso continuo, la historia económico-social, el estudio del pasado para explicar el presente y construir el futuro, el cuantitativismo, la historia no narrativa, la multiplicidad de tiempos en el análisis (Barros, 1995:96). Los cuestionamientos a estos paradigmas tradicionales deben servirnos para fortalecer una perspectiva teórica que responda a la realidad latinoamericana, como es la superación de la visión eurocéntrica que ha caracterizado a casi toda la historiografía producida en estas tierras. Igualmente, zanjar de una vez por todas la disputa acerca del carácter relativo del conocimiento histórico, reivindicando que la ciencia histórica no es en modo alguno neutral y objetiva, como se nos ha pretendido hacer ver desde las altas esferas de poder.
Quienes se distancian de ambas posiciones no figuran en los medios. Pero en las universidades el debate brilla por su ausencia.
Superar esa situación es nuestra propuesta, estando plenamente conscientes que existen historiadores para los cuales el debate democrático no forma parte de sus prioridades, y que por el contrario, se ha avanzado en diseñar eventos académicos que coartan cada vez más la discusión y restringen la participación a los reducidos círculos de especialistas (6).
La actual crisis de paradigmas permite replantear desde una perspectiva latinoamericana y popular la función de los estudios históricos. Nuestra propuesta implica una ruptura con la ciencia positivista implícita o explícita en casi todas las tendencias historiográficas presentes en nuestro medio. En cierta forma, proponemos la redefinición del papel de la ciencia y de los intelectuales dentro de la sociedad. Hoy día es imprescindible reescribir la historia desde una óptica propia, que supere la subordinación de nuestros intelectuales a los paradigmas eurocéntricos del análisis histórico. En momentos que la globalización pareciera arropar al mundo bajo el manto uniforme de la economía neoliberal, la democracia burguesa y la cultura occidental, una historia vista por los latinoamericanos debe servirnos para construir nuestra propia identidad, rompiendo así los lazos de dependencia cultural, para replantear el rumbo de desarrollo en lo económico, político y social.
La actualidad de esta propuesta se pone de manifiesto en el actual debate sobre el ALCA y su pertinencia para la América Latina. Grandes movimientos sociales en países como Ecuador, Bolivia, Argentina, Brasil y Uruguay, y gobiernos como los de Venezuela y Brasil, están reivindicando que los procesos de integración regional (tipo MERCOSUR y Comunidad Andina) y las prioridades populares deben ir por delante de los intereses del capital multinacional, que sería el gran beneficiario del ALCA tal como está concebido. La disputa política sobre el ALCA se centra en actuar en pro de los intereses nacionales o subordinarse a los intereses imperiales.
Palabras clave:
Crisis de paradigmas, manifiesto historiográfico, historia comprometida, debate.

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